miércoles, 10 de junio de 2015

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Ayer estuve viendo a unos amigos que han emigrado a Chicago city. Han vuelto a pasar sus vacaciones a España y echarnos un rápido vistazo a todos los colegas y familiares. Y por supuesto, a remojarse el culo en la playa, con lo que, desgraciadamente, la visita de ayer será la única que tendremos con ellos antes de que partan raudos en dirección a alguno de los mares que bañan nuestra península. 

Vinieron con su niña A., a la que no veía desde el año pasado, con 8 meses. Ha crecido muchísimo y está superdivertida. 

También estaba en la reunión otra amiga que ha sido madre reciente, con su retoño, que casualidades de la vida, también se llamaría A. pero que llamaremos Giovanni (G.) para que el post no sea mega lioso.

El caso es que me hicieron la pregunta de rigor: '¿Y vosotros, para cuando?' y yo les conté lo que nos había pasado en enero.
Salió natural y no lloré (weee!) y ellas se portaron genial. No rehuyeron el tema, me preguntaron, me animaron (con las típicas frases que todas conocemos pero que, al venir desde la amistad, no me hicieron daño). Y también me di cuenta de que ellas, a su manera, y ya madres, tienen y tenían y tendrán los mismos miedos que tuve, tengo y tendré.

La madre de G. es mayor. Tiene 41 años y ha estado esperando hasta que llegue el momento perfecto para tener un hijo. Y esa espera se tradujo en: me planto en los 40, tengo unos miomas cual patatas que saludan en la ecografía y si quiero tener un hijo me tengo que operar al menos de uno de ellos. Además, ese momento perfecto nunca llegó ya que sigue siendo interina, con pocas posibilidades de obtener plaza dado que ofertan poquísimas (y que yo creo que llega un momento que se te quitan las ganas de estudiar) y justo con el embarazo su pareja quedó en paro y se tuvo que marchar fuera del país. Ella me animaba diciéndome que, con sus circunstancias a priori complicadas, logró el embarazo y un bebé sano y, ¡oye! Es que tiene razón. Sus circunstancias no son las mías y aún así, ha salido bien :).

La madre de A. tardó lo normal en quedarse embarazada pero a ella también le surgieron esas dudas que me asaltaron a mi cuando vi que llevaba cuatro meses intentándolo y nada. ¿Seré estéril? Al final logró quedarse utilizando los test de ovulación. Ahora quiere quedarse otra vez y de nuevo, lo mismo. Ella cree que no está ovulando porque los TO no le dan positivo nunca en todo el ciclo. Más neuras. A eso se une la presión de que en el estado de Illinois hay 8 semanas de baja por maternidad y ella quiere quedarse en fecha para aprovechar las vacaciones del curso escolar ya que se le parte el corazón pensando en dejar un bebé de 2 meses en una escuela infantil. En medio de nuestra tarde de chicas (los chicos andaban a otras conversaciones) le recomendé utilizar tiras: son más baratas que los clear blue y no da tanto reparo mear 50 en un ciclo xD. Se lo anotó como recomendación y parece que quedó más tranquila. Aunque yo creo que esa duda se le va a quedar ahí hasta que logre su segundo embarazo. Que estoy segura de que lo logrará :). (También le recomendé que hiciera el favor de pedir cita con el ginecólogo, que aunque estoy segura de que está ovulando, nunca está de más ir al médico a comentarle esas dudas. Y que viviendo en Chicago, no puede irse de ahí sin que le echen un vistazo a los bajos fondos, ¡ea!)

Así fue como me di cuenta de que en el fondo, todas somos iguales y nos asaltan más o menos las mismas preocupaciones, tengamos o no un hijo, hayamos tenido problemas o no con algún embarazo... Y que en general, todas somos capaces de ponernos en el lugar de la otra cuando esa otra lo está pasando mal. 

No creo que unas lo pasemos peor que otras. Creo que lo que pasa es que cuando nos pasa a nosotras, nos pasa al 100%, no a un número en una estadística. Y ese 100% lo vivimos con una intensidad plena. 

Conclusiones:

- Que me salté la dieta embuchándome un dürum. Con salsas. Con queso. Con trigo del bueno. 

- Que hoy tengo el cerebro llamando a la puerta pero que no me estoy tomando la medicación y hasta estoy inspirada para un post. Y he estudiado los benditos mineros (lo que no es tan seguro es que esta tarde mis conocimientos en minería sigan estando en el lugar en el que los aparqué en el bendito cerebro).

- Que estoy muy animada para seguir intentando la búsqueda lo que se traduce en que mi pareja me ve positiva y relajada y se pone contento y relajado y todos estamos mejor. 

- Que mucho ánimo a todas las busconas, que las fases de come-coco son normales y que hay que tomarlas en cuenta, porque existen y no hacer como que no están. Ignorar el dolor no es bueno, sea del tipo que sea. Así que, si estás triste, date un momento para llorar. Si estás enfadada con el mundo, date un momento para gritar. Si estás desanimada, date un momento para tirarte mohína a la cama. Pero eso si: dale solo un momento. El que sea necesario para recomponerte y seguir adelante. 


2 comentarios:

  1. Acabo de encontrar tu blog, saltando de uno en otro. Tenemos cosas en común: la migraña y un embarazo que no llegó a término y acabó en un legrado. Finalmente, y tras pasarlo bastante mal, conseguí ser madre. Pero me costó lo suyo.
    Además, resulta que leo esta entrada y, coincidencias de la vida, tengo una amiga/conocida (nos conocimos en una web/foro de seguimiento de embarazo) que es de Madrid, que vive en Chicago, que tiene una hija que se llama A., que está buscando su segundo embarazo... Por casualidad tu amiga no se llamará I.? Sería un punto ;)
    Bueno, te sigo desde ya.

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    1. Cielos Li! ¡El mundo es un pañuelo! xD. Yo estoy segura de que I. conseguirá su 2º embarazo pero también me pongo en su lugar y entiendo su miedo. Además, si la vieras con su niña.... es una relación simbiótica simplemente perfecta :').

      Por lo demás, aunque te costara lo suyo me alegra saber de alguien que tiene el mismo problema que yo. Conozco a un buen puñado de personas con migrañas, si, pero las que han sido madres siempre me dicen que sus dolores desaparecieron con el embarazo (no fue mi caso, desde luego). El resto o son hombres o no han recibido la llamada de la maternidad.

      Siento mucho lo de tu pérdida. Hasta que no lo pasas no te das cuenta del choque emocional que supone aunque es una alegría saber también que ya eres madre.

      Un abrazo muy fuerte y espero seguir en contacto contigo :)

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