Las anteriores historias
aquí,
aquí y
aquí.
- ¿Tú qué quieres hacer?
Parece una tontería pero es muy importante reflexionar. ¿Quería seguir en la empresa? Si. Me gustaba el trabajo, la independencia, demostrar que era capaz de llevar así de bien un consultorio, saber derivar, sentirme una buena profesional, en definitiva. ¿Quería seguir en la empresa en esas condiciones? No. No quería seguir a costa de mi salud, que se empezaba a resentir. No quería saltarme mis principios, ser infiel a mi misma. No quería tener un sueldo de 400€ por 41h de trabajo semanales y sentir la espada de Damocles sobre mi nuca porque algún día, no sabemos cuando, tendría que pagar una cesárea de 800€. No quería no tener vacaciones porque 'Darte vacaciones significa tener que despedir compañeros'. No quería que me enfrentaran con mis compañeros. No quería acabar agotada y dar un mal servicio a mis pacientes. No quería tener que volver a enfrentarme a una situación tan estresante como la cesárea y no tener un jefe detrás que me respaldara, que hiciera su trabajo. No quería hacer radiografías revelando sin guantes, respirando gases tóxicos, con un mandil de plomo remendado con cinta americana, compartiendo entre dos el protector para tiroides. Desde luego no quería más perros viendo enanitos verdes y un jefe diciéndome que metiera la mano en esa boca. No.
Así que, en cuanto lo tuve claro, el abogado me hizo enviar un burofax dejando patente que a partir del lunes, me reincorporaba de mi reposo de 48h y que cumpliría íntegramente mi contrato, a saber: 20h/semanales en horario de lunes a viernes y 30 días de vacaciones al año. Y que si no estaban de acuerdo, me comunicaran cualquier otro horario o fechas de vacaciones 'fehacientemente'. También denunciamos el caso a la Inspección de Trabajo.
Al día siguiente, estaba despedida. Bueno, realmente no estaba despedida: se presentó en la consulta para que firmara una baja voluntaria que por supuesto, no firmé. Mi abogado me dijo que tenía que seguir yendo a la consulta, cumpliendo el horario establecido por mi burofax hasta que recibiera una carta de despido de verdad. Eso hice. Fue bastante agotador psicológicamente hablando pero el viernes por fin llegó. Con esa carta en la mano, denunciamos y a continuar la pelea.
El fin de semana me contactaron un par de compañeras del hospital para hablar conmigo y preguntarme por mi abogado. Una llevaba 6 años en la empresa, doblando turnos como campeona, no cobrando las cirugías de urgencias, haciendo fines de semana, haciendo noches. La otra llevaba 3 años ninguneada, todo el día insinuando lo mala profesional que era, lo poco que encajaba... Decía que llegaba llorando todos los días a casa. Las informé, nos tomamos unas cañas, nos despedimos... La que llevaba 6 años se animó a denunciar. La otra no se atrevió pero cambió de trabajo y, en principio, mejoró. También se animó a denunciar la ATV que trabajaba conmigo, así que al final fuimos 3 empleados de 13 los que dimos el paso. El resto de empleados se fueron marchando. Al final, del equipo que éramos quedan solo 2 allí.
Entonces comenzó el periplo judicial. Como he dicho antes, no es para unas prisas. Cada una de nosotras fuimos despedidas en unas condiciones diferentes así que nuestro abogado decidió llevar los casos por separado. En mi caso y en el de la ATV pedíamos un nulo, en el de la otra veterinaria, un improcedente. Hemos ganado todos los juicios y la ATV logró conciliación. Mis compañeras ya han cobrado y ahora mismo quedo yo.
En estos momentos mi sentencia es firme: mi despido es nulo y toca readmisión. La realidad es que me ha vuelto a despedir por burofax sin readmitirme así que le hemos vuelto a meter una denuncia por despido nulo y otra demanda para ejecutar la sentencia anterior. La ejecución de la sentencia es cuestión de tiempo. Por el nuevo despido es una vuelta a empezar. La semana que viene tengo la conciliación en el SMAC y mi sensación es de dejavú. Algo me dice que NO se presentará al SMAC, que yo tengo que ir pese a mi reposo absoluto (y por supuesto que iré, no he esperado dos años para rendirme ahora), que tendremos que volver a ir a juicio y que esto se demorará al menos otro año más. No me importa. Él tiene tiempo y juega al desgaste pero la verdad es que yo también lo tengo y creo que es mi responsabilidad para con el colectivo ya que, como digo, solo puedo aportar un granito de arena, pero tengo la esperanza de que con el tiempo se vayan sumando más y más granitos.
Han pasado dos años. Dos años en los que no he trabajado. Dos años en los que he aprendido mucho del mundo laboral. He ido a entrevistas en las que me ofrecían basura y que he aprendido a no considerar. Si no me valoran, que contraten a otro. No me sirve cuando la gente me suelta la muletilla de:
- Pero si tienes realmente necesidad, tendrás que cogerlo.
Pues no, oiga. Si tengo verdadera necesidad me voy a un lugar un poco más serio pero trabajar gratis o perdiendo dinero y dignidad NO me va a solucionar la necesidad que se supone que tengo. Es curioso porque quien me suele soltar esas frases suelen ser recién licenciados que viven con sus padres. Yo tengo una hipoteca, una pareja, un proyecto de familia... Y de verdad, sin exagerar, me han ofrecido ir a trabajar en unas condiciones que dan risa: falso autónomo, de lunes a sábado, no se lo que te voy a pagar pero una parte fija y otra variable, a lo mejor llegas a los 600€ pero no te lo puedo asegurar. Ya. Y de esos 600€ tengo que restar los 280€ de autónomos, el 21% del IVA, la retención del 15% del IRPF.... Y pagar la gasolina para llegar hasta aquí. Pues este señor consiguió un veterinario en esas circunstancias. Obviamente no debía ser muy bueno porque el centro ha cerrado algo de lo que me alegro muchísimo.
De los horarios ni hablamos: noches, guardias, turnos de más de 12 horas, rotatorios, partidos... Hay para todos los gustos y, con un poco de suerte, puedes acabar con todas las características anteriormente señaladas reuniditas en el mismo puesto de trabajo. Y todo ello a cambio de la ingente cantidad de, como mucho, 1000€! Eso si, por favor, que sepas cirugía de tejidos blandos, ecografía, diagnóstico por imagen y si ya tienes el título de peluquera mejor, porque despedimos a la que tenemos y no hay que pagar dos sueldos.
Así que mi chico y yo lo hemos hablado y he dejado de buscar U_U. Me quedo en casa a vestir santos cuidar el churumbel. Y entonces el churumbel decidió no llegar. Decidí prepararme una oposición mientras tanto aunque el gobierno, después de 6 meses preparándome, ha decidido cambiar las normas de presentación que llevaban invictas más de 20 años y ahora solo se podrán presentar los de carreras jurídicas (vaya por dios, veterinaria, a día de hoy, no pertenece a esa rama). Hay un periodo de carencia pero entonces me quedé embarazada y parece que esta vez si que medra. Así que he decidido dejarlo y centrarme en el proyecto que, en mi opinión, ahora mismo es más importante: mi futuro hijo. Mi habichuela, que está ahí, haciendo puenting y sin agarrarse el muy..... >_<.
A mi madre todo esto no le hace gracia. Ella quiere verme como profesional (que lo soy) pero la verdad es que yo ya me he hartado. No voy a conseguir un trabajo digno de veterinaria en mucho tiempo o con mucha suerte. Para mi, digno es el sueldo, pero también el horario, la implicación del jefe, la profesionalidad del centro, la formación de los empleados. Estoy segura de que hay sitios ahí fuera que reúnen todas estas características que deseo pero yo ya me he cansado de buscarlos. Prefiero quedarme en casa, aprovechar la infancia de mi futuro hijo y luego no sentirme gilipollas mal por anteponer un mal trabajo a una familia. Por que he ahí el quid de la cuestión: que lo que hay a mi alrededor son malos trabajos. Con un buen trabajo este dilema ni me lo plantearía. ¿Cómo lograr explicárselo a mi querida madre que tanto sufre por verme como 'ama de casa'?
Soy observadora y me gusta analizar mucho las cosas, las circunstancias que me rodean. Veo a mis colegas veterinarias. Unas están contentas con sus trabajos, otras no. A mi me encanta que estén felices pero la verdad es que a mi no me compensa un horario partido de 10 a 20h ya que.... ¿cuándo vería a mi hijo? Porque resulta que el sábado también se trabaja. Y lo dicho, ¡por semejantes sueldos! También veo a otra amiga, A., que al final decidió quedarse en casa. También intentó sacarse una oposición pero con la niña se le complicó. La verdad es que, a día de hoy, es a la que veo más feliz y más relajada. Ha asumido su rol, ella y su pareja trabajan como un equipo, la niña está muy contenta, muy feliz, muy divertida y muy espabilada porque su madre, efectivamente, lo vale. Puede que no la quieran en el mundo laboral, pero es una mujer preparada perfectamente capaz de ser tan profesional dentro como fuera de su casa. O puede que A. sea como yo y ya haya pasado a un punto en el que la que no quiere al mundo laboral, es ella.
Así que ya veré como me lo monto y en que acaba todo esto. Creo que para sacarme una oposición, nunca es tarde. Es lo bueno, que te lo puedes sacar a cualquier edad. Y si al final me quedo en casa, ya encontraré la manera de cultivarme, porque reconozcamos que si algo tengo, son inquietudes aunque cada día que pasa también tengo la sensación de tener las cosas cada vez más claras.