Cuando me enteré de que lo más probable es que pudiera intentar un parto vaginal después de cesárea (PVDC) empecé a informarme sobre las mejores maneras de conseguir mantener un suelo pélvico saludable.
Ya os digo que esto desde el principio es un error: el suelo pélvico deberíamos cuidarlo desde siempre, especialmente durante el embarazo y, por supuesto, en el parto y postparto pero bueno, de estas cosas me he enterado después y lo tendré en cuenta de cara a si algún día decido tener un tercer retoño (que es una posibilidad que se vuelve cada vez más lejana, snif).
El caso es que me empezó a preocupar muchísimo la salud de mi parrús. Intentar un parto sin intervenciones, saber pujar y como pujar para que el suelo pélvico no sufriera demasiado, las consecuencias físicas de tener un suelo pélvico desmejorado... Ese tipo de cosas.